Luego del terremoto de ayer y antes de dormir, hubieron réplicas. Nunca me sentí tan mal y tan solo. La mañana siguiente, igual a todas, todo sigue igual para el mundo, nadie me nota distinto, aunque por dentro todo esta patas para arriba.
La tarjeta electrónica abre la puerta de la entrada al edificio, la charla por default del ascensor ya me incomoda, un maleducado me pide algo antes de llegar a mi escritorio. Contesto sin regalar nada. Sigo, inmutable. Llegué. El mundo se dará cuenta? Estoy casi regalado, al borde de la vergüenza nacional. Pero soy un gran simulador, la safo. Mucho trabajo me ocupó la cabeza y por primera vez me alegra.
Hoy le hablé, casi tímidamente como para tantear el terreno, su respuesta siempre vívida, espléndida, como ella, llena de vida. Me alegré mucho, la noche anterior pensaba que la había perdido para siempre. Con lo que le dije soy consciente de que no la merezco, fui un animal, aunque ella me haya perdonado yo nunca voy a hacerlo, nunca. Por ignorar sus sentimientos he adquirido con ella una deuda eterna. La quiero proteger de este mundo invasivo, y yo, el que se auto tituló su ángel guardián la llevó por unos instantes a las mismísimas tierras del infierno en primera clase y sin escalas. El plan de las disculpas ya se activó, esta en marcha, me esforcé, pero siento que no alcanza. Imposible repararlo. Se que quebré su confianza, tendré que recuperarla con mucho esfuerzo.
Vuelvo a casa y es evidente, cualquier persona con el mínimo poder de análisis se da cuenta a la distancia, mi departamento es el claro campo de batalla luego de una derrota contundente. Está abandonado y soy el único responsable.
En un estado normal la idea del suicidio parece descabellada, only for locos. Pero cuando el mundo se desmorona no te puedo explicar su cálido abrazo, es asombrosamente consolador, y ella, una experta seductora.
Te entiendo, estoy saliendo de ese lugar. Ahora la pregunta es, a qué le tenemos miedo? Acaso cuando un amigo nos cuenta un problema pensamos que es una mierda, un pelotudo, un ser inferior que no merece nada? Me parece que evitamos mostrar debilidad frente al otro como una forma no de protegernos, sino de castigarnos a nosotros mismos. De prohibirnos ser nosotros mismos. De no permitir ser queridos por lo que somos. Porque creemos no merecerlo.
ResponderEliminarTe aconsejo que pruebes hablar con alguien que no conozcas, que no te importe. O que por lo menos intentes escribir, aunque no lo publiques. Yo hace poco compre un cuaderno donde escribo todas esas barbaridades que no le diria a NADIE. Ni a mi misma en voz alta. Esas confesiones inconfesables. Tan inconfesables que dudaba escribirlas frente al papel. Pero una vez que las vi escritas... una vez que las ví ahí, fuera de mi, frente a mi... se escucho un gran silencio y menos carga sobre la espalda.
Hola, te cuento que me alegró el solo hecho de tener un comentario, y mucho más al leerlo. En esta lucha que estoy librando mi soledad es absoluta, por eso me hizo muy bien leerte.
ResponderEliminarSi bien hoy veo muy lejana la posibilidad de hablar con un amigo, he progresado, di un paso gigante e inimaginado meses atrás, he consultado con un profesional. Algo tenía que hacer, no podía seguir viéndome destruir mi vida. Me produce una ansiedad enorme el hecho de que todo sea tan eternamente lento, mientras yo estoy en estado de urgencia. Pero bueno, se que a la larga va a dar sus frutos, espero. Solo que tengo miedo, de que en este lento proceso, pueda perder lo mas hermoso de la vida.
Gracias por escribir, hasta me dieron ganas de continuar escribiendo lo que me esta pasando. Y a vos te felicito por "estar saliendo", de hecho hasta me da envidia, ojalá pronto pueda decir lo mismo que vos, suerte y fuerza de aquí en adelante.
Hey!!!! mas vale que hay que escribir!!!! Yo tambien empece haciendolo a traves de un blog y la verdad que hoypor hoy me siento re bien yme muero de la risa...aunque ando rosando el delirio!!!
ResponderEliminarArriba che!!!